Existen ciertos productos muy utilizados, sobre todo en repostería, que se cortan con suma facilidad. Uno de ellos es la mantequilla. La temperatura de esta a la hora de cocinar es el principal motivo por el cual se corta. Además, es vital ser consciente de la época del año, ya que la temperatura de los alimentos no es la misma en invierno que en verano.
Antes de comenzar a preparar una receta organízate y sé consciente de los productos que necesitas utilizar. Si la mantequilla es uno de ellos, sácala de la nevera para que cuando la utilices esté a temperatura ambiente.
La mantequilla también puede cortarse al mezclarse con otros ingredientes que estén, por ejemplo, muy fríos. Una práctica muy común es mezclar mantequilla y manteca y si una está a temperatura ambiente y la otra fría se negarán a fusionarse y terminarán cortándose. Recuerda tener ambas a temperatura ambiente cuando empieces a cocinar.
¡No te alarmes! Si tu mantequilla se corta todavía puedes recuperarla fácilmente. Pon tu mantequilla al baño María y no dejes de remover. Verás que la mantequilla va perdiendo esos grumos típicos de las sustancias cortadas poco a poco.