Niveles bajos de vitamina D en nuestro país

España es uno de los países europeos donde disfrutamos de más horas de sol al día. No obstante, estudios recientes ponen de manifiesto que más del 40% de los españoles menores de 65 años y más del 80% de la población sénior sufren déficit de vitamina D en su organismo. Un porcentaje muy elevado, más si tenemos en cuenta que este nutriente se obtiene por la exposición solar y a través de algunos alimentos básicos.

¿Qué es la vitamina D?

La vitamina D es una vitamina hidrosoluble. Se trata de un nutriente básico para la salud de los seres humanos. Su función más importante y relevante es mantener los niveles sanguíneos adecuados de calcio y fósforo, necesarios para la normal mineralización ósea, la contracción muscular, la conducción nerviosa y el correcto funcionamiento de numerosos procesos celulares y metabólicos.  El déficit de vitamina D tiene consecuencias importantes tanto en niños como en adultos. En lactantes y niños está estrechamente vinculado al raquitismo y en adolescentes puede propiciar un menor y retardado crecimiento. En adultos, aumenta el riesgo de perder volumen de estructura ósea, aumentando el riesgo de padecer osteoporosis por descalcificación, o también puede darse desmineralización ósea, lo que podría producir osteomalacia.

Es la realización de una analítica, lo que permite determinar la concentración de vitamina D en el plasma sanguíneo de una persona. Mayoritariamente, se acepta como nivel normal una 25[OH]D =30 ng/ml; nivel insuficiente entre los 30-20 ng/ml y nivel deficiente <20 ng/ml.

Alimentos enriquecidos con vitamina D

Los alimentos fortificados y/o enriquecidos pueden ser una muy buena opción para asegurar la ingesta de la vitamina. Las principales fuentes nutricionales naturales son los ácidos grasos de la leche, el  pescado marino, siendo el salmón el más destacado, juntamente con el atún, la caballa y la sardina. También los moluscos, los crustáceos y derivados, y el aceite de hígado de bacalao. La yema del huevo, la mantequilla, el hígado y otras vísceras, aunque su consumo es escaso debido a su alto contenido en colesterol, y las setas, que también aportan cantidades de vitamina D, aunque en menor medida. Con todo, una buena opción para mejorar los niveles de vitamina D a partir de la dieta es consumir alimentos funcionales. Estos son alimentos básicos que la industria alimentaria enriquece con este nutriente. Los más comunes son la leche, la mantequilla, la margarina y los cereales de desayuno.