Cómo emplear la nata en la cocina

Pocos ingredientes existen en la cocina tan versátiles como la nata. La nata puede acompañar a platos de carne, pescado, cremas y por supuesto a postres. Está presente en miles de recetas y aporta una textura suave y cremosa que la convierte en el complemento perfecto.

¿Cuáles son las principales natas utilizadas en la cocina?

En la actualidad existen muchos tipos de natas: para cocinar, para montar, en spray, especial para repostería y un largo etcétera de opciones diferentes. Sin embargo, las opciones más utilizadas a la hora de cocinar son: la nata para cocinar o para montar.

Nata para cocinar

La nata para cocinar es ideal para aportar el toque cremoso que muchas recetas como cremas y salsas necesitan. Gracias a su bajo contenido en grasa no resulta pesada y, además, conserva el punto de untuosidad típico de este producto. ¡Es una nata para recetas saladas! 

Nata para montar

A diferencia de la nata para cocinar, la nata para montar contiene un mayor porcentaje de materia grasa necesaria para montar. A mayor porcentaje graso, mejor montado. La nata montada es ideal para todo tipo de postres.

Qué platos elaborar con cada tipo de nata

La nata es la responsable de marcar la diferencia en muchas recetas saladas y dulces. Ambos tipos de nata son esenciales en la cocina, y su única diferencia está en la cantidad de materia grasa que contiene. Por consiguiente, cada variedad ha de emplearse en unas elaboraciones concretas.

  • Nata para cocinar:
    • Cremas
    • Purés
    • Gratinados
    • Salsas
    • Pastas
    • Pasteles salados
  • Nata para montar:
    • Repostería de todo tipo: tartas, flanes, mousses, roscones de Reyes…

Los mejores trucos con nata para montar

La nata es un ingrediente delicado que necesita ser tratado con cuidado para que no se eche a perder. Y así es cómo lo hacen las Guisanderas. Este Club de asturianas profesionales de la cocina se decanta por productos naturales que llevan utilizando toda la vida, como la Nata para Montar Central Lechera Asturiana. Para montarla, conservarla y que no se corte, siguen utilizando los mismos trucos que les enseñaron sus madres y abuelas, y, que por supuesto, continuarán transmitiendo a sus familias de generación en generación.

Cómo montar la nata

El montado de nata es una de las elaboraciones más importantes en la repostería.

Para montarla tan solo son necesarias unas varillas eléctricas o de mano, el método tradicional utilizado por las Guisanderas, y seguir los siguientes pasos:

  1. Dejar un par de horas la nata en la nevera para que se enfríe. Si la nata no está en una temperatura entre los 3 y 6ºC se cortará.
  2. Verter la nata líquida en un recipiente y comenzar a batir con las varillas con movimientos envolventes y a un ritmo constante para que la nata se airee.
  3. Añadir azúcar, edulcorante o aroma poco a poco mientras la nata comienza a montarse. 
  4. Bajar el ritmo de batido cuando la nata esté casi montada para que no se transforme en mantequilla.
  5. Meter la nata montada a la nevera para que no se baje. Además, se conservará durante más tiempo.

En ocasiones es posible que la nata montada se quede mantecada, pero puede recuperarse de manera sencilla. Tan solo es necesario calentarla en un cazo a fuego lento hasta que se ligue y vuelva a ser nata líquida. Es recomendable meterla un par de horas en la nevera antes de comenzar a montarla de nuevo. 

Cómo conservar la nata montada

Las Guisanderas preparan en sus restaurantes grandes cantidades de nata montada para incluir en muchos de los postres que sirven a su clientela a diario. Es por ello, por lo que apuestan por dos técnicas:

  • Introducir la nata montada en un recipiente con cierre hermético. Guardar la nata en el bol o vaso en el que la has batido es mala idea. Las Guisanderas recomiendan meterla en un recipiente que permita aislarla gracias a un cierre hermético. Además, cuánto más lleno esté y menos aire contenga, más tiempo se mantendrá en perfectas condiciones para consumir (dos o tres días).
  • Congelar la nata montada. La nata montada mantendrá intacta su textura y valor nutricional durante tres meses congelada. Para ello, es necesario colocarla en el interior de una manga pastelera sin quitar la boquilla. Para asegurar que la nata montada se congela rápido y no se baja, las Guisanderas aconsejan meter la boquilla en un recipiente hermético. A diferencia del anterior truco, con este podrás conservar la nata durante tres meses, en lugar de tres días.

Ya conoces varias formas de utilizar la nata en la cocina, ¡aunque existen muchas más! Un producto que ofrece mil y una posibilidades y combina perfectamente con casi cualquier receta. Con la práctica conseguirás, poco a poco, utilizarla con la maestría de las Guisanderas. ¡No habrá receta con nata que se te resista!