La nata montada es uno de los ingredientes más utilizados en repostería. Da el toque perfecto a unas fresas y a cualquier postre, pero también a muchas recetas saladas.
Para montar la nata tan solo hay que meterle aire, nada más. Así conseguimos una nata con una consistencia más espesa que la que se utiliza habitualmente en cocina.
Para saber si la nata está bien montada hay un truco infalible y muy divertido. Sigue leyendo y descúbrelo.
Varilla manual o eléctrica
Recipiente (bol o vaso de batidora)
Antes de empezar, metemos la nata y el bol en el congelador durante 10 minutos. Cuanto más fríos estén, mejor montará la nata.
Vertemos la nata en el bol.
Comenzamos a batir.
Después de haberla batido un poco, añadimos el azúcar.
Cuando la nata haya empezado a montar, batimos más rápido.
Para comprobar que la nata está bien montada, le damos la vuelta al bol. Si no se cae, ¡la has montado perfectamente!