Lácteos en el desayuno para una vuelta a la rutina llena de energía

Los lácteos desde un punto nutricional constituyen productos completos y equilibrados debido a la riqueza y la variedad de sus elementos nutritivos. Aportan una alta densidad nutricional gracias a su contenido en proteínas de alto valor biológico, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales esenciales para nuestro organismo.

Con el fin del verano, toca volver a la normalidad y empezar a adaptarnos de nuevo a nuestra rutina, siendo eso el trabajo, el colegio u otras actividades. Para que nuestro organismo pueda afrontar esos cambios y adaptarse de nuevo a las circunstancias temporales, sin duda, necesita energía. Alimentarse bien en el desayuno aporta la energía y los nutrientes necesarios para afrontar el día.

El desayuno es el primer aporte de energía del día, debe de suponer entre el 20-25% de las calorías diarias. Hoy en día, existen casos de gente que desayuna algunas veces por semana o se salta directamente esa comida; situación que puede crear problemas en nuestros procesos metabólicos y capacidades diarias, como es el descenso del rendimiento intelectual. Esta realidad es aún más grave en la edad escolar, ya que las necesidades nutricionales son más elevadas. La edad escolar es el momento idóneo para consolidar buenos hábitos, que contribuyan a mejorar la sensación de bienestar, a desarrollar con éxito las actividades y a disminuir el riesgo de padecer enfermedades crónicas.

Tomar lácteos en el desayuno es clave para reponer los nutrientes y comenzar de nuevo otro día, gracias a su alta densidad de nutrientes que nos aporta. Una de las 3 raciones diarias recomendadas debe formar parte del desayuno y puede componerse de un buen vaso de leche, dos yogures o una porción de queso.

Un desayuno de calidad se basa en una ración de lácteos en combinación con otros grupos de alimentos como son los cereales, preferiblemente integrales o las frutas, u otros alimentos proteicos; de esa forma se contribuye a complementar el aporte adecuado de energía, carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales a lo largo del día.

Además, el recomendado consumo de productos lácteos está asociado con unos hábitos alimentarios y un estilo de vida más saludable.