Como cualquier alergia alimentaria, puede aparecer a cualquier edad, sin embargo, es muy frecuente que aparezca en el momento de incorporar este alimento en la dieta del niño, es decir en lactantes menores de un año. Por suerte, la mayoría de los niños acaban superando esta alergia y, a partir de ese momento, pueden volver a consumir huevo sin problemas.
Aproximadamente en el 50% de los niños la alergia al huevo se resuelve espontáneamente a los 5 años y en el 75% a los 7-9 años.
En general, dependiendo del grado de sensibilización o alergia al huevo, cada persona alérgica reaccionará ante diferentes cantidades de proteína del huevo. De este modo, habrá quien pueda consumir pequeñas raciones de huevo cocinado, y quien presente síntomas incluso con la inhalación de los vapores del huevo durante su cocción.
Lo más frecuente, es tener alergia a la clara del huevo (pues es en la clara donde encontramos ovomucoide y ovoalbúmina en mayor proporción), o bien a la clara y a la yema.
El ovomucoide, es la proteína responsable en gran medida de las reacciones alérgicas al huevo. Esto se debe a su mayor resistencia al calor y a la acción de las enzimas digestivas. Otras proteínas del huevo, como la ovoalbúmina, la ovotransferrina o la lisozima, son menos alergénicas, por ser menos estables al calor y destruirse con el cocinado.
Algunos vinos incluyen huevo en su elaboración. Aquellos adultos especialmente sensibles al huevo, deben tener esto en consideración si alguna vez sufren una reacción alérgica tras consumir una copa de vino.
Las proteínas de huevo deben aparecer en las etiquetas de los alimentos como: Huevo, albúmina, coagulante, emulsificante, globulina, lecitina o E-322, livetina, lisozima, ovoalbúmina, ovomucina, ovomucoide, ovovitelina, vitelina o E-161b (luteína, pigmento amarillo).
Si no puedes consumir huevo, no te preocupes, no tiene por qué haber un déficit de vitaminas y minerales, siempre que sigas una dieta variada rica en carnes, pescados, leche y derivados, frutas, verduras, etc.
¡Fíjate! Algunos medicamentos, preparados vitamínicos, o cosméticos, pueden contener derivados del huevo.
Si se lograra aislar y purificar al 100% la lecitina del huevo, podría consumirse sin causar alergia, ya que se trata de un lípido. Sin embargo, el proceso industrial para su extracción, puede arrastrar proteínas del huevo que sí causan alergia, de modo que, si quieres tomar lecitina siendo alérgico al huevo, es mejor que optes por una lecitina de soja.