Introducción
Numerosos estudios epidemiológicos han demostrado que las deficiencias o excesos de algunos nutrientes se asocian a problemas en el desarrollo y el crecimiento fetal, a complicaciones durante el embarazo, y a problemas de salud de las propias mujeres que padecieron aquellas deficiencias.
Además, se apunta a que la malnutrición intrauterina, por exceso o por defecto, puede condicionar diversas alteraciones metabólicas en la vida adulta que dan lugar a obesidad, hipertensión, diabetes y aumento del riesgo cardiovascular, lo que supone notables repercusiones sociosanitarias.
Requerimientos nutricionales de la mujer gestante
Las necesidades nutricionales durante el proceso de gestación aumentan en comparación con las de la mujer sana en etapa no reproductiva para que pueda llevarse a cabo un correcto crecimiento y desarrollo del feto.
Debe prestarse especial atención al incremento de consumo de determinados alimentos que contienen nutrientes críticos en esta etapa y, que no deben faltar, como:
Ácido fólico. Las principales fuentes son las verduras de hoja verde. Se recomienda la suplementación durante al menos un mes antes de la gestación y durante los 3 primeros meses de embarazo.
Yodo. La principal fuente es el marisco, el pescado y los productos lácteos. La dieta habitual no suele cubrir las necesidades durante el embarazo, por lo que debe aconsejarse la ingesta de alimentos enriquecidos, como la sal yodada.
Calcio. Una ingesta adecuada puede alcanzarse a través de la leche y sus derivados como principal fuente de calcio más biodisponible.
Ácidos grasos omega 3 DHA (AGPI-CL). Los AGPI de la membrana de los fosfolípidos desempeñan un papel importante en las señales hormonales. Es muy probable que el aporte de n-3 sea inadecuado en mujeres que tienen embarazos seguidos con intervalos cortos entre ellos.
Fibra. Debido a los problemas que sobre la motilidad intestinal supone la gestación, es conveniente que la futura madre incremente la cantidad de fibra a 35 g/día. La dieta rica en fibra durante la gestación tiene efectos beneficiosos, como prevención del aumento excesivo de peso, mejora de la intolerancia a la glucosa y, mejora la situación de estreñimiento.
Evidencias científicas de los beneficios de la leche y lácteos en la nutrición de la mujer en etapa perigestacional
Conclusiones
Fuente
Cancelo Hidalgo MJ. La leche como vehículo de salud en embarazo y lactancia. Nutr Hosp 2019;36(N.º Extra. 3):44-48