Este año, como cada 28 de mayo, se celebra en España en Día Nacional de la Nutrición (DNN). Bajo en lema “Alimentación sostenible es vida”, la FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética) recalca la importancia de adoptar una dieta saludable, pero también sostenible.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura): “Las dietas sostenibles son aquellas que generan un impacto ambiental reducido y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable. Además, protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles y nutricionalmente adecuadas, inocuas y saludables, y optimizan los recursos naturales y humanos.”
1. Gibbs J, Cappuccio FP. Plant-based dietary patterns for human and planetary health. Nutrients [Internet]. 2022 [citado el 27 de mayo de 2024];14(8):1614. Disponible en: http://dx.doi.org/10.3390/nu14081614
2. Li M, Jia N, Lenzen M, Malik A, Wei L, Jin Y, et al. Global food-miles account for nearly 20% of total food-systems emissions. Nat Food [Internet]. 2022 [citado el 27 de mayo de 2024];3(6):445–53. Disponible en: https://www.nature.com/articles/s43016-022-00531-w
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha comunicado recientemente su decisión de no oponerse al uso (con limitaciones) de ciertas declaraciones de propiedades saludables que relacionan el consumo de yogur con una reducción en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
En el ámbito de la salud y la alimentación, una declaración de propiedades saludables caracteriza la relación entre un alimento o componente alimenticio y una enfermedad o condición relacionada con la salud. En Estados Unidos, las declaraciones de propiedades saludables cualificadas (qualified health claims, QHC) están respaldadas por pruebas científicas, pero no cumplen el criterio más riguroso de “acuerdo científico significativo” exigido para una declaración de propiedades saludables autorizada.
Las declaraciones de propiedades saludables autorizadas deben cumplir con un estándar de «acuerdo científico significativo» (significant scientific agreement, SSA, por sus siglas en inglés), lo que implica un consenso general entre los expertos basado en la totalidad de la evidencia científica disponible. Sin embargo, las declaraciones de propiedades saludables cualificadas, como la recién aprobada por la FDA en relación con el consumo de yogur y la disminución del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, aunque requieren una base científica, no alcanzan el rigor del SSA y deben incluir una exención de responsabilidad que indique la limitación de la evidencia.
Tras revisar la petición y la evidencia presentada, la FDA concluyó que existe cierta evidencia que sugiere una relación entre el consumo de yogur y un riesgo reducido de desarrollar diabetes tipo 2, aunque esta evidencia es limitada. En particular, se encontró que el consumo de al menos 2 tazas (3 porciones) de yogur por semana podría estar asociado con una reducción del riesgo de diabetes tipo 2.
En concreto, las alegaciones permitidas son las siguientes:
FDA announces qualified health claim for yogurt and reduced risk of type 2 diabetes [Internet]. U.S. Food and Drug Administration. FDA; 2024 [citado el 27 de mayo de 2024]. Disponible en: https://www.fda.gov/food/cfsan-constituent-updates/fda-announces-qualified-health-claim-yogurt-and-reduced-risk-type-2-diabete
La obesidad se ha convertido en un problema de salud global, con consecuencias que pueden ir desde enfermedades cardiovasculares hasta diabetes tipo 2. La activación del tejido adiposo pardo (brown adipose tissue, por sus siglas en inglés BAT) ha surgido como una posible estrategia para combatir la obesidad. Este tejido, a menudo pasado por alto, despierta un interés renovado debido a su capacidad para quemar calorías a través de la termogénesis; es decir, la capacidad de generar calor en el organismo.
El tejido adiposo pardo es un tipo de tejido adiposo, especializado, que se encuentra principalmente en los bebés y en ciertas áreas del cuerpo de los adultos, como el cuello y la parte superior del pecho. A diferencia del tejido adiposo blanco (white adipose tissue, por sus siglas en inglés WAT), cuya función principal es almacenar energía en forma de grasa, el BAT está especializado en la generación de calor a través de un proceso llamado termogénesis no asociada al temblor (nonshivering thermogenesis). Este tipo de termogénesis es la forma principal de generación de calor en los bebés recién nacidos.
El tejido adiposo pardo tiene una alta capacidad calorífica debido a la elevada proporción de mitocondrias en sus células grasas o adipocitos y a la presencia de UCP1 (proteína desacoplante 1) en estas. Los adipocitos del tejido adiposo pardo se caracterizan por estar muy vascularizados, tener múltiples gotitas de lípidos, y expresan un tipo de proteína en la membrana de sus mitocondrias, la UCP1. Esta proteína se encarga del desacoplamiento de la fosforilación oxidativa, generando calor en vez de producir ATP en las mitocondrias.
La UCP1 en las células del tejido adiposo pardo se activa mediante diversas vías nerviosas y hormonales. Las principales señales que desencadenan esta activación son las catecolaminas, como la noradrenalina, la cual se libera en respuesta al frío y afecta a los receptores adrenérgicos β3 en la superficie de los adipocitos pardos. Esta interacción inicia una serie de señalizaciones dentro del adipocito que resulta en la activación de la UCP1 y, por ende, en la generación de calor.
La activación del BAT se produce en respuesta a diversos estímulos que activan el Sistema Nervioso Simpático (SNS). La exposición al frío uno de los estímulos más destacados. Cuando nos exponemos al frío, las células del BAT se activan para producir calor y mantener la temperatura corporal. Además del frío, el ejercicio físico también puede activar el BAT, aumentando así la quema de calorías. Además, algunos nutrientes y compuestos naturales, como el té verde y la capsaicina, han demostrado tener efectos en la activación del BAT.
En primer lugar, la activación del BAT aumenta el gasto energético, lo que significa que se queman más calorías en reposo. La investigación sobre la activación del BAT está en constante evolución, con nuevos avances que se producen regularmente. El desarrollo de terapias farmacológicas específicas para activar selectivamente el BAT podría proporcionar nuevas opciones de tratamiento para la obesidad y trastornos metabólicos relacionados.
Sin embargo,a pesar de los avances en este campo, existen desafíos y consideraciones éticas que deben abordarse. Por ejemplo, la exposición al frío puede no ser adecuada para todas las personas, especialmente aquellas con afecciones médicas preexistentes.
En resumen, la activación del tejido adiposo pardo emerge como una estrategia prometedora en la lucha contra la obesidad. A través de la exposición al frío, el ejercicio físico y otros estímulos, podemos aprovechar el potencial del BAT para aumentar el gasto energético, mejorar el metabolismo y reducir el riesgo de enfermedades metabólicas.
1. Negroiu CE, Tudorașcu I, Bezna CM, Godeanu S, Diaconu M, Danoiu R, et al. Beyond the cold: Activating brown adipose tissue as an approach to combat obesity. J Clin Med [Internet]. 2024 [citado el 9 de abril de 2024];13(7):1973. Disponible en: https://www.mdpi.com/2077-0383/13/7/1973
2. De la obesidad UPDP la P y. T. El tejido adiposo pardo, “la grasa quema grasas” [Internet]. Seen.es. [citado el 9 de abril de 2024]. Disponible en: https://www.seen.es/portal/documentos/np-tejido-adiposo-marron
3. Esteve Ràfols M. Tejido adiposo: heterogeneidad celular y diversidad funcional. Endocrinol Nutr [Internet]. 2014;61(2):100–12. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.endonu.2013.03.011
4. Symonds ME, Aldiss P, Pope M, Budge H. Recent advances in our understanding of brown and beige adipose tissue: the good fat that keeps you healthy. F1000Res [Internet]. 2018 [citado el 9 de abril de 2024];7(1129):1129. Disponible en: https://f1000research.com/articles/7-1129/pdf
5. Milán Chávez R, Morales-García NL, Morales-López S, Rojas Lemus M, Fortoul TI. El tejido adiposo, ¿solo un almacén de energía? Rev Fac Med Univ Nac Auton Mex [Internet]. 2022 [citado el 9 de abril de 2024];65(3):19–23. Disponible en: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422022000300019
6. Dong H, Qin M, Wang P, Li S, Wang X. Regulatory effects and mechanisms of exercise on activation of brown adipose tissue (BAT) and browning of white adipose tissue (WAT). Adipocyte [Internet]. 2023;12(1). Disponible en: http://dx.doi.org/10.1080/21623945.2023.2266147
Seguro que has oído hablar de la lactosa y la lactasa pero, ¿qué son exactamente? En la leche, la lactosa es el principal carbohidrato, formado a su vez por dos monosacáridos: la glucosa y la galactosa. Sin embargo, es común confundir la lactosa (carbohidrato) con la lactasa (enzima). La lactasa es una enzima degrada la lactosa, un disacárido, en sus dos azúcares simples, la glucosa y la galactosa, para su posterior absorción. Esta enzima que descompone la lactosa se encuentra en el intestino delgado.
¿La lactasa para qué sirve? También se utiliza en la industria alimentaria para producir productos lácteos sin lactosa y en medicina como complemento alimenticio para ayudar a las personas con intolerancia a la lactosa a digerir mejor los lácteos.
Una vez aclarado qué es la lactasa, es frecuente que exista confusión entre los términos “lactosa” (carbohidrato) y “lactasa” (enzima). Este puede surgir debido a la similitud en los nombres y su relación directa en el proceso de digestión de los lácteos.
Mientras que la lactosa es un disacárido que necesita ser descompuesto en glucosa y galactosa para su absorción adecuada en el intestino delgado, la lactasa es la enzima que se encarga de dicha descomposición.
Cuando una persona consume alimentos que contienen lactosa, como la leche, la lactosa viaja a través del sistema digestivo hasta llegar al intestino delgado. Allí, la lactasa descompone o hidroliza la lactosa, un disacárido, en sus dos azúcares simples, glucosa y galactosa. Estos azúcares simples pueden ser fácilmente absorbidos en el intestino delgado y luego transportados a través de la sangre hacia diversas células del cuerpo, donde se utilizan como fuente de energía.
La actividad de la lactasa es esencial para la capacidad del cuerpo para digerir eficientemente los productos lácteos. Sin suficiente lactasa, la lactosa no puede descomponerse y por lo tanto metabolizarse adecuadamente, lo que implica una malabsorción de la lactosa y en consecuencia una intolerancia. Esto puede causar síntomas como hinchazón, gases y diarrea después de consumir lácteos.
Aproximadamente el 70% de la población mundial presenta malabsorción de la lactosa, siendo incapaz de digerirla, lo que quiere decir que la enzima lactasa en el intestino delgado tiene una expresión limitada. Esto es debido a factores evolutivos ya que, de forma natural, en los mamíferos, la actividad de la enzima lactasa tiene su pico tras el nacimiento para luego reducirse paulatinamente tras el destete. Sin embargo, con la introducción del consumo de leche y productos lácteos, esta enzima continuó expresándose más allá del período de lactancia en aquellas poblaciones que consumían lácteos, lo que se conoce como persistencia de lactasa. Por este motivo, la prevalencia de la malabsorción de lactosa de entre el 85% y el 100% en asiáticos y americanos nativos, pero en la Europa mediterránea de entre el 60% y el 80% y en las poblaciones del norte de Europa de tan solo un 2%.
La disminución en la expresión de la lactasa (la enzima que degrada la lactosa) en la edad adulta da lugar a una malabsorción primaria de esta, pasando la lactosa no degradada al intestino grueso; es decir, llega al colon de forma íntegra, manteniendo la unión entre la glucosa y la galactosa. Este paso de la lactosa no degradada al intestino grueso puede dar lugar a síntomas como hinchazón, dolor abdominal o diarrea, lo que se conoce como intolerancia a la lactosa. Hay que tener en cuenta que estos síntomas son transitorios y no se producen daños en el intestino delgado a largo plazo, además de que los mismos desaparecen al seguir una dieta con productos que no contengan lactosa.
En Central Lechera Asturiana, nos preocupamos por ofrecerte productos lácteos de la más alta calidad, adaptados a tus necesidades. Es por eso que te invitamos a descubrir nuestra amplia gama de opciones sin lactosa, especialmente diseñadas para aquellos que buscan disfrutar del delicioso sabor de los lácteos y los beneficios de la leche sin preocupaciones.
Sabiendo para qué sirve la lactasa, podrás disfrutar de nuestros productos sin lactosa conservan todo el sabor y los nutrientes característicos de la leche y los lácteos, pero sin lactosa. Desde nuestra Leche sin Lactosa, hasta nuestras Natas sin Lactosa, incluida nuestra Nata en spray sin Lactosa, podrás disfrutar de las recetas de siempre sin preocupaciones.
Ya no tendrás que renunciar al placer de disfrutar de tus lácteos favoritos. Con nuestras opciones sin lactosa, puedes incorporar fácilmente los beneficios de los lácteos a tu dieta diaria, sin preocuparte por los molestos síntomas de la intolerancia a la lactosa.
Es posible que hayas oído hablar de la caseína pero, ¿qué es exactamente? La caseína es una proteína compleja presente en la leche y sus derivados lácteos. En la leche de vaca, la caseína representa un 80% del contenido proteico total, mientras que las proteínas del suero comprenden el 20% restante.
La caseína se presenta en forma de micelas, que son agregados coloidales de proteínas y fosfato cálcico suspendidos en el líquido de la leche. Estas micelas permiten la solubilización de calcio y fósforo en la leche, lo que facilita su absorción. Durante el proceso de cuajado de la leche para la fabricación de queso y otros productos lácteos, las micelas de caseína se agrupan y precipitan, separándose del suero de leche (proteína whey, por su nombre en inglés). Se distinguen distintos subtipos de caseína en la leche bovina: αs1-caseína, αs2-caseína, β-caseína y κ-caseína.
La caseína contiene todos los aminoácidos esenciales, lo que la convierte en una proteína completa, además de tener un alto valor biológico. Esto es importante porque el cuerpo humano no puede producir estos aminoácidos por sí mismo y depende de la dieta para obtenerlos.
Además, la caseína de la leche es una proteína de digestión más lenta que las proteínas del suero porque presenta un tiempo mayor de vaciado gástrico al precipitar en el pH ácido del estómago y coagularse. Por esto tiene un efecto anticatabólico, aportando proteínas de manera más gradual y sostenida al músculo respecto a las proteínas del suero, evitando así su catabolismo o “degradación” y favoreciendo la conservación de la masa muscular.
Al ser una proteína de digestión lenta, la caseína de la leche es ampliamente reconocida por su capacidad para proporcionar una liberación sostenida y paulatina de aminoácidos en el torrente sanguíneo. Esto la convierte en una excelente opción para aquellos que desean mantener un suministro constante de aminoácidos para el crecimiento y la reparación muscular durante un período prolongado.
Además de su papel en la síntesis de proteínas musculares, ¿la caseína para qué más sirve? Debido a su lenta digestión, la caseína de la leche también puede servir para ayudar a mantener la sensación de saciedad, lo que puede ser beneficioso para aquellos que están en un proceso de reducción de grasa corporal o reducir su ingesta calórica. Al proporcionar una liberación lenta de nutrientes, puede ayudar a mantener los niveles de energía y saciedad, reduciendo el apetito.
Por otro lado, la caseína, que se encuentra unida al fosfato cálcico en las micelas, contribuye a aumentar la biodisponibilidad del calcio (es decir, la capacidad del cuerpo para absorber y utilizar un nutriente). Por esto, además de por la presencia de lactosa, vitamina D y ácidos grasos presentes de forma natural en la leche, la biodisponibilidad es de un 30% frente al 5% de las espinacas, por ejemplo. El calcio es un macromineral esencial que desempeña un papel crucial para mantener huesos y dientes fuertes. Además, el calcio también es necesario para la contracción muscular, la transmisión de señales nerviosas, la coagulación sanguínea y otras funciones corporales vitales.
El momento óptimo para consumir caseína como suplemento es por la noche al irse a la cama. ¿Para qué sirve la caseína antes de dormir y por qué es el mejor momento del día para ingerirla? Dada su lenta digestión y liberación, la caseína ofrece un flujo constante de aminoácidos a lo largo de la noche, lo que puede prevenir la degradación muscular y favorecer la recuperación durante el sueño. Durante el descanso, el cuerpo entra en un estado de ayuno prolongado, lo que podría llevar a la descomposición de las reservas de proteínas musculares para obtener energía. Al ingerir caseína antes de acostarse, se garantiza un suministro constante de aminoácidos, lo que puede proteger la masa muscular y estimular la síntesis de proteínas durante la noche.
Además, recientes estudios han descubierto que un hidrolizado tríptico de la caseína alfa s1, contiene un péptido bioactivo con propiedades reguladoras del estrés, la alfa casozepina. Esto, sumado a la presencia de triptófano como aminoácido presente en la caseína, el cual es un precursor de la melatonina, una hormona que juegan un papel clave en la regulación del ciclo del sueño-vigilia, podría indicar un impacto positivo de la caseína de la leche en la calidad del sueño. Sin embargo, son necesarias más investigaciones al respecto para poder realizar tales afirmaciones.
En los últimos años, el interés por la salud intestinal, la microbiota y su impacto en el bienestar ha crecido considerablemente. Dentro de este campo, términos como probiótico, prebiótico, simbiótico y postbiótico han ido ganando popularidad. Sin embargo, muchas personas aún no comprenden la diferencia entre los mismos y cómo afecta cada uno de ellos a la salud digestiva.
Los probióticos se definen como microorganismos vivos que, ingeridos en una cantidad adecuada, ejercen un efecto beneficioso en la salud del huésped. Se encuentran normalmente en alimentos fermentados (yogur, kéfir, chucrut, miso), así como en suplementos dietéticos. Los probióticos más comunes son las bacterias ácido-lácticas como, por ejemplo, los lactobacilos y las bifidobacterias.
Por otro lado, los prebióticos son componentes no digeribles (carbohidratos fermentables) de los alimentos que actúan como “alimento” para las bacterias beneficiosas presentes en el intestino de forma selectiva (probióticos), promoviendo su crecimiento y actividad. Entre los prebióticos se encuentran los fructooligosacáridos (FOS) como la inulina, los galactooligosacáridos (GOS), las pectinas o el almidón resistente, entre otros. Algunos ejemplos de alimentos prebióticos son la cebolla, el ajo, la achicoria, las setas, los espárragos, la avena o la manzana.
Una vez definidos los conceptos de probiótico y prebiótico, resulta más sencillo entender qué son los simbióticos. Los simbióticos son una combinación de probióticos y prebióticos en un mismo producto. Esta combinación tiene como objetivo maximizar los beneficios para la salud intestinal al proporcionar tanto los microorganismos beneficiosos como los nutrientes que necesitan para crecer y prosperar en el intestino.
Los simbióticos pueden encontrarse en forma de alimentos fermentados que contienen tanto probióticos como prebióticos de forma natural, o como suplementos dietéticos diseñados específicamente para proporcionar una combinación equilibrada de microorganismos vivos (probióticos) y fibras prebióticas (prebióticos). Esta combinación sinérgica crea un ambiente óptimo en el intestino, promoviendo el crecimiento y la supervivencia de las bacterias beneficiosas y mejorando así el equilibrio de la microbiota intestinal.
Los postbióticos se definen como una preparación de microorganismos inanimados/inactivos y/o sus componentes que confieren un beneficio al huésped. Los postbióticos pueden incluir una variedad de componentes, como células microbianas inactivas, extractos celulares, lisados celulares, paredes celulares, ácidos orgánicos, péptidos, polisacáridos y otras moléculas bioactivas. Esta definición amplía el concepto de postbióticos para incluir tanto los microorganismos inactivos como los componentes bioquímicos derivados de su actividad metabólica (metabolitos), como los ácidos grasos de cadena corta (como el butirato), péptidos o vitaminas producidas por dichos microorganismos.
Sin embargo, a pesar de su rápido crecimiento en el mercado y el interés creciente por parte de consumidores y profesionales de la salud, aún se necesitan más estudios para comprender completamente sus mecanismos, efectos y beneficios potenciales. Aunque algunos estudios preliminares sugieren que los postbióticos pueden tener efectos positivos en la salud intestinal, incluyendo la modulación de la microbiota y la mejora de la función inmunológica, la evidencia científica sigue siendo limitada y heterogénea.
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